sábado, 28 de enero de 2012

Cervicalgia. Tratamiento con Ejercicios Terapéuticos.


Introducción.

El dolor del cuello es uno de los problemas que más frecuente encuentra el traumatólogo. Se calcula que una de cada 10 personas va a tener dolor de cuello a lo largo de su vida, con mayor o menor severidad. La cervicalgia es el segmento más movible de la columna vertebral: se calcula que movemos el cuello unas 600 veces por hora. Está compuesto por 7 vertebras unidas entre si por disco vertebrales y sostenidas por músculo y ligamentos. De la columna vertebral salen nervios que dan sensibilidad y motricidad a los brazos a través de la columna cervical pasa la medula espinal, que es la conexión entre el cuerpo y el encéfalo.

Cervicalgia.

Cervicalgia es un término médico derivado de latín, y quiere decir dolor de cuello. Cuando hablamos cervicobraquialgia nos referimos al dolor cervical irradiado a uno o a los dos brazos.

Los tejidos del cuello que son sensibles al dolor son los siguientes: huesos vertebrales, los ligamentos longitudinales anterior y posterior, las articulaciones interapoficiarias posteriores, las raíces nerviosas, los ligamentos interespinosos y los músculos.
 
 Causas.  

Son múltiples las causas de la Cervicalgia, la más frecuente es el dolor originado en los músculos y ligamentos del cuello, por exceso de trabajo, stress, traumatismos o por malas posturas en el trabajo.

Dentro de las cuales tenemos:
  1. Causas mecánicas (frecuente): Cervicoartrosis: que puede llegar a producir en casos raros una neuralgia cervicobraquial y una mielopatia cervical.
  2. Causas poco frecuentes: Postraumático: hernia discal, latigazo cervical, fractura.
  3. Causas Inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis neoplasias o mal formaciones congénitas 
  4. Dolores referidos: Enfermedad coronaria, migraña hernia hiatal

Diagnostico.

Debe realizarse el interrogatorio, examen físico y estudios complementarios.  El médico debe interrogar sobre el trabajo del paciente, es muy frecuente ver estos dolores en personal de oficina que pasa muchas horas sentado en el computador con la pantalla en mala posición. Hay que descartar un antecedente de traumatismos, que puede condicionar el dolor cervical. Si el paciente ha tenido fiebre y dolor de cabeza, es necesario descartar meningitis.
Las radiografías del cuello son muy útiles para el estudio de la Cervicalgia, así como la Resonancia Magnética Nuclear, que puede ayudarnos a descartar una hernia del disco cervical.

Tratamiento.
  • Fase aguda: collarín blando, reposo, analgésicos y relajantes, cuando mejora ligeramente puede añadirse calor local y movilizaciones cervicales suaves.
  • Fase subaguda y crónica: tracciones cervicales y terapia física.  
Se trata con analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares, tales como acetaminofen, ibuprofeno y tiocolchicósido.  En la cervicoartrosis puede ser beneficioso el uso de la glucosamina con condroitinsulfato.
El collarín es útil, pero es un arma de doble filo, no debe dejarse por tiempo muy prolongado porque atrofia los músculos y empeora el dolor.  Se puede acompañar con el uso de una almohada cervical por las noches. 
La terapia física es un aspecto importante del tratamiento, el mismo está integrado por la aplicación de agentes físicos tales como crioterapia, calor, corriente, ultrasonido, laser, entre otros medios físicos. El aspecto importante lo constituyen los ejercicios terapéuticos que tienen como objetivo mejorar  la fuerza de los músculos cervicales, que son un importante soporte de la columna cervical.   
En algunos casos está indicado el empleo de la tracción cervical y en un pequeño número de pacientes, en los cuales el dolor es resistente a todo tipo de tratamiento, se requerirá de cirugía. 

Prevención.
  • Es muy importante la buena postura en el trabajo, ajustar su silla y la pantalla del computador de manera que no tenga flexionado o extendido el cuello al sentarse. También evite colocar el televisor muy alto, de manera que no tenga que extender el cuello para verlo.
  • Evite sostener el teléfono entre el hombro y su cabeza por tiempo prolongado. 
  • Controle el stress en el trabajo y en su vida diaria.
  • Evitar los ejercicios de alto impacto.
  • Evite dormir boca abajo.
  • Si amanece con dolor de cuello, revise la almohada con la que duerme, puede ser muy grande o rígida.
Si el dolor persiste acuda al médico.

EJERCICIOS TERAPEUTICOS.

Ejercicios de movilidad articular de la zona cervical:

1.     PI. Sentado en una silla, realizar flexión al frente y extensión atrás de la cabeza.

2.     PI. Sentado en una silla, realizar flexión hacia a un lado y hacia el otro.

3.     PI. Sentado en una silla, realizar torsión hacia a un lado y hacia el otro.




Ejercicios de fortalecimiento para la región cervical:

  1. Sentado, mano derecha apoyada en la cabeza por encima de la oreja derecha, realizar una contracción con la cabeza hacia ese lado.
  2. Sentado, mano izquierda apoyada en la cabeza por encima de la oreja izquierda, realizar una contracción con la cabeza hacia ese lado.
  3. Sentado, mano sobre la frente, realizar una contracción con la cabeza hacia el frente.
  4. Sentado, mano sobre la parte posterior de la cabeza, realizar una contracción con la cabeza hacia atrás.
  5. De pie, brazos al lado del cuerpo, elevar los hombros.

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 BIBLIOGRAFIA

1.     Alcantara  B.S. Hernandez  G. M. A. Ortega M. E. Sanmartin G. de C. M. del Valle.  Fundamento de Fisioterapia  Ed. Sintesis Vallehermoso Madrid 2003.
2.     Kulund, D. N. Lesiones del deportista. Ed. Salvat Barcelona, España. 1986.
3.      www.luisbernal.es
5.     www.estiramineto.es/index.php?filt=todos

 Autoras. Hilda Kuno C. y Benita Acho Ch. Técnicas en Fisioterapia.

viernes, 20 de enero de 2012

Dolor Lumbar. Tratamiento con Ejercicios Físicos.



Introducción.

El dolor es el síntoma, que obliga al hombre, en momentos de su vida, a recurrir a un médico, pues alrededor del 70 % de las consultas que se ofrecen en los hospitales o clínicas son por esta causa. En especial, el dolor lumbar es uno de los más incapacitantes para el paciente y el más problemático para el médico en lo que a etiología, diagnóstico y tratamiento se refieren.

El dolor lumbosacro o sacrolumbalgia es considerado un problema serio de salud y constituye, a su vez, causa  de incapacidad laboral en un gran número de personas en el mundo e impone tensiones emocionales, físicas y económicas sobre el paciente y la comunidad, por lo que las acciones de salud dirigidas al alivio del dolor requieren un enfoque multi e interdisciplinario.

Lumbalgia o sacrolumbalgia.

Se caracteriza por la presencia de dolor agudo o crónico de la columna lumbosacra provocado por diferentes causas que se acompaña frecuentemente de dolor irradiado o referido (López, 2001). Algunos autores  lo denominan síndrome lumbálgico, término que incluye  todas las enfermedades y traumas que provocan dolor lumbar.

La clasificación etiológica es la más importante porque nos orienta  la conducta a seguir con los  pacientes aquejados de lumbalgia, pues existen diversas formas de agrupar las causas del dolor bajo de espalda, y es por eso, que tomaremos como referencia la clasificación de Rowe (1960), modificada por el Dr.  Martínez Páez (2002).
  • Lumbalgias por defectos morfológicos.
  • Lumbalgias por defectos funcionales.
  • Lumbalgias por procesos degenerativos.
  • Infecciosas. Por procesos neoplásicos.
  • Por enfermedades metabólicas.
  • Por procesos traumáticos.
  • Por trastornos renales.
  • Trastornos gastrointestinales.
  • Trastornos ginecológicos.
  • Trastornos nerviosos.
  • Trastornos psicosomáticos.
Según el tiempo de evolución del dolor lumbar se clasifica en agudas, subagudas y crónicas, siendo de mayor importancia en los pacientes con lumbalgias mecánicas (Humbría y Villanueva 2002)
  • Lumbalgia aguda. Cuando la duración del dolor es inferior a las 6 semanas
  • Lumbalgias subagudas. Superan las 6 semanas de evolución, pero aún no se han convertido en crónicas
  • Lumbalgia crónica. Por encima de los 3 meses
Según algunos autores, la repetición de tres o más episodios de lumbalgia aguda en el período de un año también debería clasificarse como crónica.

Tratamiento.

Para enfocar el tratamiento de un paciente con sacrolumbalgia hay que tener en cuenta los siguientes aspectos (Barbadillo 2001 y Villanueva 2002):
  • Tratamiento individualizado.
  • Diagnóstico etiológico.
  • Tiempo de evolución de la enfermedad.
  • Enfoque multidisciplinario.
El tratamiento dependerá de la fase en que se encuentre el paciente, si esta en fase aguda el mismo consiste en realizar reposo, crioterapia (terapia con frío),  tratamiento medicamentoso, soporte o corsé y técnicas de manipulación espinal, si el paciente se encuentra en fase subaguda o crónica la conducta a seguir es distinta, se recomienda reposo durante el periodo de exacerbación  de la afección, tratamiento medicamentoso, tratamiento físico rehabilitador (fisioterapia y ejercicios físicos) y escuela de espalda (el aprendizaje de medidas que previenen las crisis lumbares).

Existe cierta evidencia de que el ejercicio es eficaz en el tratamiento de estos pacientes, y su combinación con la terapia conductual también ha demostrado ser efectiva. Las modalidades recomendadas son el ejercicio aeróbico para el acondicionamiento general y los ejercicios de estiramiento, resistencia y fortalecimiento de la musculatura del tronco y de las extremidades inferiores. Los ejercicios realizados durante los períodos asintomáticos pueden ejercer un papel importante en la prevención del posterior deterioro. (Barbadillo, 2001)

Para el tratamiento con ejercicios físicos se utilizan distintas escuelas que van desde los ejercicios de flexión de Williams, o los de extensión propuesto por Mackensie. En general todas las escuelas buscan la información de los beneficios de una buena forma física, fortalecimiento muscular, mejorar la capacidad física, disminuir el estrés, el insomnio y la depresión utilizando los ejercicios aerobios. Es importante tener presente que los ejercicios terapéutico de cualquier escuela que se utilice siempre debe ser pasada la fase aguda de la afección.

Principios del tratamiento en las algias vertebrales.
  1. Liberar las articulaciones dolorosas por enderezamiento de la curva vertebral de la región, localizando selectivamente el nivel álgico. 
  2. Estando esta región inmovilizada en posición antiálgica, reforzar todos los medios de unión que permiten fijar la reeducación postural: Musculación estática en el sentido antiálgico a este nivel.
  3. Completar la reeducación postural y cinética general a manera profiláctica, por la corrección de defectos suprayacentes y subyacentes, si hay lugar a ello, y por la rehabilitación cinética.
Objetivos de los ejercicios para la lumbalgia.
  • Primero, aliviar dolor. 
  • Segundo, la flexibilización de la columna vertebral.
  • Tercero, fortalecimiento muscular de la columna vertebral.
  • Cuarto, corregir postura. 
Los ejercicios que se proponen para el estiramiento y fortalecimiento de la columna vertebral, en pacientes aquejados de lumbalgia deben seguir tres principios fundamentales que harán que los mismos sean efectivos:
  • Posición inicial de los ejercicios.
  • Respiración abdominal o diafragmática. 
  • Movimiento de la pelvis.

Ejercicios que estiran y fortalecen la zona lumbar.

1.  PI. De rodillas glúteo sobre talones, deslizar los brazos por los muslos y el suelo, sin elevar los glúteos de los talones. Vuelta a la posición inicial sin trabajar la zona lumbar, ayudándonos con los brazos. Elevar brazos y vuelta a la posición inicial.




2.   PI. Decúbito supino, rodillas flexionadas, llevarlas al pecho en espiración forzada. Vuelta a posición inicial. 
 3.  PI. Decúbito supino, rodillas flexionadas. Subir las caderas en inspiración y bajar en espiración. 
 
 4.  PI. Decúbito supino con brazos en cruz, flexionar ambas rodillas y llevarlas a ambos lados.

5.     PI. Decúbito supino, rodillas al pecho. 5 Pedaleo. Rodillas al pecho. Regresar a posición inicial.


6.   PI. Decúbito supino, piernas flexionadas al pecho. Extender hasta formar un ángulo con el suelo de 90º. Realizar 5 tijeras. Juntar las piernas. Flexionarlas y volver a la posición inicial.
Los ejercicios se deben comenzar con 6 repeticiones, aumentar de forma progresiva hasta llegar a unas 20 repeticiones, los mismo se pueden realizar de una a dos a veces al día.


Bibliografía.

  1. Barbadillo MC; Rodriguez CA; Herrero PM. Lumbalgias. Tratamiento de la lumbalgia. Jano Especial. (articulo electrónico)2001(citado9/11/2001) 61(1408):101-105.Disponible en Doyma.es
  2. Bravo A T; Sacrolumbalgia actividad física. En Hernández G, R., Aguilar R, E. Ejercicios físicos y rehabilitación. Ed deporte C. Habana, Cuba 2006.  
  3. Humbría MA; Carmona L; Peña SJ L; Ortíz AM. Impacto poblacional del dolor lumbar en España: resultados del estudio EPISER. Rehabilitación. (articulo electrónico) 2002 (citado1/12/2002) 29(10):471-478. Disponible en Doyma.es
  4. López HME. Enfoque general y principios básicos del tratamiento conservador en la lumbalgia mecánica. (Citado 16/10/01). Disponible en http://www.scenrhb.org     
  5. Martínez P M N; Vázquez  SM. Estudio epidemiológico del absentismo laboral en el personal hospitalario por dolor de espalda. Rehabilitación (artículo electrónico) 2002 (citado1/5/2002); 36(3):137-142. Disponible en Doyma.es
  6. Villanueva VJ. Lumbago y Lumbociática. Revista de Posgrado de la V Ia Cátedra de Medicina Nº 115-Mayo  2002:12-19

Autor: Dr. Cs. Reinol Hernández González.



viernes, 13 de enero de 2012

Tendinitis y desgarros de tendón.

Introducción

El tendón es una parte del músculo estriado, de color blanco, de consistencia fuerte y no contráctil, tienen la función de insertar el músculo en el hueso o a la fascia y trasmitirles la fuerza de la contracción muscular para producir un movimiento.La inflamación de un tendón es la tendinitis (figura 1)

Figura 1

                     

Mientras que lo llamado desgarro es la rotura del tendón (figura 2)

Figura 2
                 

Cuando se inflama el tendón y la vaina que lo recubre y protege, se habla de tendovainitis. Siempre se trata de una lesión grave. El origen de todos estos problemas suele reducirse al haber forzado en exceso un tendón tras un calentamiento insuficiente o inadecuado. Como caso especial, el tendón de aquiles que sufre ante golpes o torceduras del tobillo, ejemplo de esto son los futbolistas que constantemente reciben contusiones, lo que hace que alguno de ellos conviva con tendinitis crónica una buena parte de su vida deportiva.

Síntomas

Tanto en la tendinitis como en la rotura de tendón, se nota un dolor fuerte al tocar o mover la zona (en el caso de rotura es particularmente agudo). Si es tendinitis se nota una ligera inflamación, que se convierte en una hinchazón muy rápida y más llamativa cuando se trata de desgarro. De hecho la única forma de distinguir ambas lesiones es la intensidad del dolor (fuerte y persistente en la tendinitis, agudo en el desgarro), y que si es tendinitis, el lesionado puede mover por si mismo la zona lesionada, aunque le duela (si es rotura no puede moverla). No aparecen hematomas, salvo que haya sido a consecuencia de un golpe que rompa un vaso sanguíneo. Si es el tendón de Aquiles el afectado, aparece una cojera inmediata y es imposible ponerse de puntillas.

Primeros auxilios

Para ambas lesiones: Reposo de la zona lesionada. En la tendinitis, aplicar frío en el momento de producirse, y cuando el dolor haya disminuido, aplicar calor en la zona. Se debe acudir al médico para que evalúe la lesión y recete analgésicos y antiinflamatorios. En ocasiones especialmente graves es necesario pasar por el quirófano, por ello la visita al médico es imprescindible y no hay que automedicarse, aunque no se trate de la primera vez que ocurre y aún nos queden medicinas "de la vez anterior".

Hay que seguir al pie de la letra las instrucciones del médico. Si se agrava o se producen complicaciones, el periodo de recuperación será extremadamente largo (en ciertos casos puede obligar a abandonar el deporte).
En el caso de desgarro de tendón, ha de aplicarse frío y un vendaje compresivo no muy apretado. La zona lesionada debe mantenerse elevada, y se a de ir al hospital sin perder un momento. Cuanto más se tarde en tratar, más larga y difícil será la recuperación.

¿Como prevenir ambas lesiones?

Lo más importante para prevenir estas lesiones es realizar un calentamiento adecuado antes de practicar algún deporte, así como realizar estiramientos antes, durante y al finalizar la actividad física. Sucede que la gran mayoría de los practicantes de deporte aficionado y una buena parte de los deportistas profesionales no realizan adecuadamente las indicaciones mencionadas anteriormente, lo que hace que ambas lesiones aparezcan con bastante frecuencia, sobre todo la tendinitis.


Bibliografía.  
  1. Cianca, J. Lesiones deportivas. En Garrison, S. J. Manual de Medicina Física y Rehabilitación. Ed. Ciencias Médicas C. de la Habana, Cuba 2006.
  2. Hinrichs, H.U. Lesiones deportivas. Ed. Hispano Europea Barcelona, España 1999.
  3. Kulund, D. N. Lesiones del deportista. Ed Salvat Barcelona, España. 1986.
  4. López de Viñaspre, P., Tous Fajardo, J. Manual de Educación Física y Deporte. Ed. Oceano, España. 2006. 
  5. Seguí, U. O. Deformidades y lesiones más frecuentes en las rodillas. Tratamiento físico terapéutico. En Hernández G, R., Aguilar R, E. Ejercicios físicos y rehabilitación. Ed. deporte C. Habana, Cuba 2006. 
Autor. Dr. Cs. Reinol Hernández González